La hipomanía es un estado caracterizado por una energía desbordante, euforia y disminución en la necesidad de dormir. Las personas que la padecen pueden experimentar pensamientos acelerados, dificultad para concentrarse y, en algunos casos, comportamientos impulsivos.
Según especialistas, ciertos antidepresivos pueden desencadenar episodios de hipomanía en personas con trastorno bipolar, lo que se conoce como viraje anímico. El tratamiento principal incluye estabilizadores del ánimo, como el litio, que ayudan a controlar los síntomas y evitar crisis más graves.
Diferencias entre manía e hipomanía
De acuerdo con la Clínica Mayo, aunque la hipomanía y la manía comparten síntomas, su impacto es diferente. La manía es más severa, afecta la vida social y laboral de manera significativa y puede derivar en psicosis, requiriendo hospitalización.
- Los episodios de manía e hipomanía incluyen al menos tres de los siguientes síntomas:
- Aumento notable de la energía o agitación.
- Sensación extrema de bienestar o confianza excesiva.
- Menos necesidad de dormir sin sentirse cansado.
- Hablar más rápido o de forma inusual.
- Pensamientos acelerados y dificultad para concentrarse.
- Impulsividad en decisiones económicas, relaciones o actividades riesgosas.
Prevención y control de los síntomas
Si bien no existe una forma definitiva de prevenir estos episodios, es posible reducir su impacto con estrategias como:
- Reconocer las señales de alerta: Identificar patrones en los cambios de ánimo y comunicarlo a un especialista puede evitar crisis severas.
- Dormir bien: La falta de sueño es un factor clave en la inestabilidad emocional.
- Evitar alcohol y drogas: Estas sustancias pueden intensificar los síntomas y aumentar la frecuencia de los episodios.
- Seguir el tratamiento médico: Suspender la medicación sin supervisión puede desencadenar recaídas o empeorar los síntomas.
Un diagnóstico temprano y el seguimiento médico adecuado pueden ayudar a las personas con trastorno bipolar a llevar una vida más estable y controlada.
